¡Hola, queridos lectores! Muy buenos días, espero que estén teniendo una buena semana. El día de hoy quiero compartirles un post que les prometí sobre la escritura terapéutica y cómo funciona, para que podamos empezar a realizar ejercicios introspectivos cada semana.
¿Cómo surge la escritura terapéutica?
El concepto fue introducido por el psicólogo Ira Progoff a mediados de los años sesenta, cuando desarrolló el Método del Diario intensivo, que básicamente funciona como el diario de toda la vida, pero éste se divide en secciones: sueños, salud, trabajo, emociones, etc. Hoy en día hay 21 secciones que lo conforman, aunque ustedes pueden agregar las áreas que les sean más útiles o que les interese trabajar.
¿Cómo funciona?
Escribir siempre ha servido como una forma de desahogo o de descarga de las emociones, para decir todo eso que no podemos expresar al hablar o de lo que nos cuesta mucho trabajo hablar. Existen muchísimos ejercicios para liberarnos de situaciones que nos dolieron, para autoanalizarnos, para resolver problemas, etc. En las próximas entradas del blog les estaré compartiendo varios ejercicios que he encontrado. No se preocupen por escribir perfecto, estos ejercicios no son para hacer una obra literaria o algo por el estilo, son para relajarnos y aprender más sobre nosotros. Nadie tiene que verlo, así que siéntanse libres a la hora de escribir. También, si se quieren tomar más o menos tiempo, tener una rutina para escribir, adelante. Lo importante es que se trabaje constantemente.
¿Cuáles son los beneficios?
- Desahogo emocional
- Te permite ver las situaciones desde afuera
- Alivio de tristeza
- Disminuye los pensamientos obsesivos
- Mayor autoconocimiento y autoaceptación
- Mejora la autoestima
- Reduce la ansiedad
- Permite la reflexión
Realmente no es algo tan complejo, pero funciona mucho para descargar pensamientos y emociones que pueden lastimarnos si los guardamos. Recuerden que si hay situaciones que les están causando mucho malestar o si existen acciones que no pueden controlar, es muy importante que vayan con un psicólogo que pueda orientarlos y ayudarlos. Con cada persona es diferente, y es necesario saber qué ejercicios o herramientas son más eficaces, según la persona, para tratar un problema.
Por el momento los dejo, pero nos estamos leyendo próximamente en el próximo post.
Besos.
Fuentes:
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